Entre el 1 y el 7 de agosto se celebra en más de 170 países la Semana Mundial de la Lactancia Materna.
La lactancia es tan sana para las mamás como para los bebés, proporciona enormes beneficios para la salud, a corto y a largo plazo y disminuye el riesgo de muerte a causa del cáncer de mama y de ovario en las madres. Es considerada por los expertos como la forma óptima para que los niños obtengan los nutrientes que necesitan para su desarrollo y crecimiento físico, psicológico y emocional saludables. Reduce la mortalidad infantil y aporta beneficios en salud que llegan hasta la edad adulta.
Por eso desde la Organización Mundial de la Salud, Unicef y otras organizaciones internacionales y locales se trabaja arduamente para promover esta práctica natural.
Para poder sostener la lactancia materna es necesario el apoyo de toda la comunidad: el acompañamiento de la pareja, la familia y todo el entorno, esto incluye la distribución de las tareas domésticas y de cuidado entre progenitores. A su vez, los ámbitos de trabajo y de estudio necesitan contemplar licencias por maternidad y por paternidad, espacios para la extracción de leche y horarios reducidos para disponer de tiempo para alimentar al bebé con leche materna en estos contextos.
Contra la ola polar, contra la ola de calor... Amamantar siempre nutre , contiene y protege al bebé .
La leche materna funciona como una "vacuna" contra las infecciones, y frente a la ola de frío polar que afecta a casi toda nuestro país, los especialistas recomiendan mantener la lactancia para aumentar las defensas contra virus como los de la bronquiolitis.
Si bien muchos conocen algunos beneficios de la lactancia para los bebés, los innumerables beneficios para las madres son a menudo ignorados y hasta desconocidos. Desde el efecto de la oxitocina en el útero hasta la ganancia en calidez emocional, la lactancia da a la madre muchas razones para sentirse a gusto con su decisión.
La OMS y el Ministerio de Salud de la Nación recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de vida (sin incluir agua, jugos o infusiones, ni alimentos). Luego, comenzar a incorporar progresivamente alimentos apropiados para la edad, manteniendo la lactancia hasta los dos años o más.