El 2 de abril recordamos en Argentina a aquellos jóvenes valientes que con gran sentimiento patrio pelearon las batallas mas duras de sus vidas, intentando la recuperación de las Islas Malvinas y también debemos destacar la labor extraordinaria de las mujeres que atendieron a cientos de soldados heridos y le brindaron contención.
La naturaleza dividió las regiones geográficas del mundo por medio de ríos, mares, montañas, etc. Pero los pueblos y gobiernos por intereses económicos, políticos o sociales han creado guerras y procesos de reorganización estableciendo límites artificiales.
Uno de esos conflictos es el de las Islas Malvinas, ocupadas por Gran Bretaña en 1833, en el sur del mar Antártico Argentino.
La Argentina siempre reclamó los derechos sobre ese pedazo de suelo, pero el 2 de abril de 1982, la pelea tomó otro rumbo: soldados argentinos desembarcaron en las islas. Así comenzó una guerra que, si bien no duró muchísimos días, hizo suficiente daño.
Hay una herida abierta en el corazón de los argentinos, porque muchos murieron por defender ese suelo, para que flameara nuevamente allí nuestra bandera.
Nuestros héroes y heroínas de Malvinas merecen un reconocimiento por su entrega y sacrificio. La mejor manera de brindárselo será seguramente recordándolos.